Átame a los pies de tu cama. Hazme ladrar con la falda levantada hasta las mismas nubes. Hazme poeta de nuevo, otra vez. Y no me quieras, nunca, todavía y no me odies, siempre, mientras tanto.
Átame a los pies de tu cama. Hazme ladrar con la falda levantada hasta las mismas nubes. Hazme poeta de nuevo, otra vez. Y no me quieras, nunca, todavía y no me odies, siempre, mientras tanto.