¿Por qué dejamos de llorar? Perder la capacidad de hacerlo es perder el alma misma en los laberintos de la razón. Es renunciar a un don poderoso. Las lágrimas pueden guiarnos por un camino espiritual al punto de partida, al fondo del alma, a casa. A ese lugar donde habita Dios. Una invitación a regresar.
Texto: Cristina Miguens
Edición y música: Gonzalo Tojo
Voz: María Eugenia Sidoti