Una cultura que desvaloriza y desconoce lo femenino no solo discrimina a la mujer, sino que además sufre un detenimiento de su propio crecimiento. Por eso, dice nuestro columnista, necesitamos hacer lugar al eros, ese principio de vinculación “por cercanía” que supone una afectividad “compasiva”.
Texto: Bernardo Nante.
Música y edición: Gonzalo Tojo.
Voz en off: María Eugenia Sidoti.