"y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús" (Efesios 2:6).
Nuestra autoridad en Cristo es completa e ilimitada. Los peligros y la destrucción de el diablo son inmunes cuando ejercemos la autoridad en Cristo Jesus. Recuerda, nosotros vivimos por el nombre de el Señor y con este poder podemos conquistar cualquier dificultad. Afirmemos en su autoridad y utilicemos sus palabras de bendición, ánimo, justicia y bondad entre muchas otras. Gracias a Dios por su autoridad.