Que el amor no admite cuerdas reflexiones, es tan cierto como la vida misma. El amor llega como un torbellino de emociones, de colores, de ilusiones… Y ante eso, qué otra cosa podemos hacer que rendirnos a sus pies?
Que el amor no admite cuerdas reflexiones, es tan cierto como la vida misma. El amor llega como un torbellino de emociones, de colores, de ilusiones… Y ante eso, qué otra cosa podemos hacer que rendirnos a sus pies?