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En Portugal, colgar la bandera es casi como poner la cafetera: se hace todos los días y con orgullo. Da igual si es martes o si llueve, la bandera portuguesa ondea en los balcones como si fuera parte del mobiliario urbano.
En cambio, en España… bueno, en España sacar la bandera puede ser más polémico que discutir de política en Nochebuena. Solo hay dos momentos en que se permite con entusiasmo nacional: en la Eurocopa o en el Mundial. Y aun así, cuando termina el partido, la bandera desaparece más rápido que el Wi-Fi en casa del pueblo.
By Filipe y LuisEn Portugal, colgar la bandera es casi como poner la cafetera: se hace todos los días y con orgullo. Da igual si es martes o si llueve, la bandera portuguesa ondea en los balcones como si fuera parte del mobiliario urbano.
En cambio, en España… bueno, en España sacar la bandera puede ser más polémico que discutir de política en Nochebuena. Solo hay dos momentos en que se permite con entusiasmo nacional: en la Eurocopa o en el Mundial. Y aun así, cuando termina el partido, la bandera desaparece más rápido que el Wi-Fi en casa del pueblo.