El Mallorca sacó un punto agridulce del Martínez Valero de Elche (1-1) en una noche de lunes de lluvia torrencial. Amargo porque era una oportunidad única de ganar a un rival directo por la salvación fuera de casa; dulce porque este es el típico partido que otros años se perdía. Antonio Sánchez y Muriqi fueron los protagonistas del Mallorca por sus virtudes y, también, por sus defectos. Siguiente parada: Sevilla en Son Moix sin el gigante kosovar.