Esta semana Joe Biden fue confirmado como presidente-electo por el Colegio Electoral, y recibió por primera vez el reconocimiento de Mitch McConnell como tal. Mientras tanto, y a pesar de que ninguna de las quejas que presentó ante las cortes por supuesto fraude han prosperado, Trump sigue insistiendo con que Él no ha perdido la elección sino que se la han robado. Con esta excusa sigue recaudando millones de dólares provenientes de su base que cree ciegamente lo que él dice. Y ésto sucede en un contexto donde el COVID-19 está fuera de control, con miles de personas muertas todos los días  y hospitales desbordados y sin camas donde atender a los cientos de pacientes que están luchando contra la enfermedad. El presidente pelea la batalla equivocada mientras miles de Americanos están ansiosos para recibir la vacuna contra el COVID-19 y así poder auperar esta pademia que no solo ha dejado al país en unestado calamitoso, sino que también ha expuesto lo peor de Trump con la complicidad de la mayoría del partido Republicano. Faltan un poco más de un mes para que asuma el próximo presidente. Un largo mes en manos de Trump que es incapaz de la mínima empatía para darse cuenta de lo que hace falta en este momento y tomar las decisiones necesarias para lidiar con esta crisis.