Puede costar dinero, un trabajo, amigos, familia y aun la vida, pero Dios promete acompañarnos al caminar en la senda de Cristo, siendo nosotros mismos transformados para que juntos podamos cambiar al mundo.
Puede costar dinero, un trabajo, amigos, familia y aun la vida, pero Dios promete acompañarnos al caminar en la senda de Cristo, siendo nosotros mismos transformados para que juntos podamos cambiar al mundo.