Conocí a Aldemar en una vereda del Meta (Colombia). Tenía 28 años y casi dos décadas en la guerra. En este primer episodio, te comparto una historia que me enfrentó al horror, a la humanidad detrás del conflicto y a dos preguntas que todavía me duelen y me hacen reflexionar: ¿qué harías tú si tu única escuela hubiera sido la guerra? ¿hay vidas que valen más que otras?

Una reflexión sin bandos sobre lo que significa crecer con un fusil al hombro, sobre la vida, la muerte y el futuro de miles de excombatientes que hoy le apuestan a la paz.