El 11-S marcó un antes y un después en la comunidad evangélica al despertar el miedo y el tribalismo.

Figuras como Pat Robertson, Rush Limbaugh y los de Fox News supieron aprovechar de este miedo para consolidar su poder. De paso, ganaron unas fortunas obscenas.

El problema es que las guerras del Medio Oriente no durarían para siempre. Tendrían que inventarse otra guerra para mantener al evangélico en estado de temor.

Una guerra imaginaria.

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