Te pido, amado estudiante, en el nombre de Dios, que ceses de emplear esas expresiones falsas respecto a tu Divinidad, pues es imposible que tengas libertad mientras continúes usándolas. No podré jamás insistir demasiado contigo en que cuando verdaderamente reconozcas y aceptes la “Magna Presencia de Dios YO SOY” en tu interior, positivamente, categóricamente, no tendrás más condiciones adversas.
S.G