La noticia ha sacudido este jueves los cimientos de la política nacional: el Tribunal Constitucional ha dado luz verde a la controvertida ley de amnistía promovida por el Gobierno de Pedro Sánchez. La decisión, adoptada por una ajustada mayoría de seis magistrados progresistas frente a cuatro conservadores, supone un espaldarazo para los intereses del Ejecutivo y, especialmente, para los líderes catalanes encausados por el procés. Sin embargo, la polémica está lejos de apagarse: tanto en la calle como en los escaños, las reacciones van desde la euforia hasta la indignación, y el futuro judicial de figuras como Carles Puigdemont sigue siendo una incógnita.