Una buena organización neuromuscular de nuestro cuello y hombros es importante para nuestro bienestar físico y emocional. Los músculos de nuestro cuello y hombros están intrínsecamente ligados a nuestra respuesta al estrés, haciéndonos vulnerables a desarrollar hábitos dañinos de tensión en nuestro cuello y hombros. Con el tiempo, estos hábitos tienden a interferir tanto con nuestra comodidad como con nuestra movilidad. Sin que nos demos cuenta, los músculos de nuestro cuello y hombros se contraen crónicamente, acortando y comprimiendo el cuello, y con el tiempo, provocando dolor, respiración restringida, ansiedad, dolor de mandíbula, dolor de espalda y dolores de cabeza.

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Edición @IsaacRC