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Florinda Meza: entre el talento y el juicio social
Florinda Meza es actriz, cantante, locutora, guionista y productora mexicana. Nació en Zacatecas el 8 de febrero de 1949 y estudió arte dramático en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Sus primeros pasos en la televisión comenzaron en 1968 dentro de Telesistema Mexicano. En 1970 participó en el programa La Media Naranja, transmitido por Televisión Independiente de México, donde también trabajó como secretaria, modelo y locutora para poder costear sus estudios.
Fue precisamente durante una emisión de ese programa que, en 1971, Roberto Gómez Bolaños la invitó a formar parte del elenco de Chespirito, lo que marcó un antes y un después en su carrera. A partir de ese momento, nacieron personajes icónicos como Doña Florinda, La Popis y La Chimoltrufia, que la consagraron ante el público latinoamericano.
Más allá de su participación en el universo de El Chavo del 8, su carrera se extendió con éxito al cine, el teatro y la producción. En los años noventa, produjo telenovelas como Milagro y Magia (1991), La Dueña (1995) y Alguna vez tendremos alas (1997), consolidando su versatilidad en la industria.
Sin embargo, su historia personal también tuvo un gran impacto en su imagen pública. Se ha dicho que antes de iniciar su relación con Gómez Bolaños en 1977, sostuvo vínculos sentimentales con Carlos Villagrán (“Quico”) y Enrique Segoviano, director del programa. Lo que sí es un hecho es que, cuando comenzó su relación con Chespirito, él aún estaba casado y tenía seis hijos. Ella tenía apenas 22 años.
En una sociedad profundamente conservadora como la mexicana, esto fue suficiente para que Florinda Meza fuera etiquetada como “la otra”. El rechazo no tardó en llegar: fue juzgada públicamente, señalada en su entorno laboral y distanciada de varios compañeros de elenco. Ella misma ha contado que durante los primeros cinco años su relación fue un secreto: evitaban eventos públicos, se escondían de los medios, vivían juntos sin admitirlo abiertamente.
Con el tiempo, y pese a las críticas, su vínculo con Gómez Bolaños se consolidó. Fueron pareja durante casi cuatro décadas, hasta la muerte de él en 2014. No obstante, los medios nunca le perdonaron ser parte del rompimiento del primer matrimonio del comediante, y su imagen quedó marcada para siempre.
¿A dónde voy con esto? A que nuestras decisiones personales influyen, para bien o para mal, en la percepción que otros tienen de nuestra Imagen Personal y Profesional.
En el caso de Florinda Meza, esa percepción fue severamente afectada por el juicio social. A pesar de haber trabajado activamente durante más de 20 años, muchos atribuyeron su éxito únicamente a su relación con Chespirito, minimizando su talento y sus propios méritos. La línea entre lo profesional y lo personal se volvió difusa, y su carrera quedó, injustamente, bajo la sombra del favoritismo.
Su historia ilustra con claridad cómo el éxito de una mujer sigue siendo puesto en duda cuando hay un hombre poderoso de por medio. Y aunque esto ocurrió hace más de 40 años, no hemos cambiado tanto. Basta ver el reciente caso de Christian Nodal y Ángela Aguilar para confirmar que, cuando hay un “tercero en discordia”, el juicio suele recaer —casi sin excepción— sobre la figura femenina.
Porque al final del día, fue él quien decidió dejar a su familia. Fue él, con más poder y madurez, quien eligió dar ese paso. Y sin embargo, es ella quien ha cargado con la culpa pública durante décadas.
Lo que esta historia nos revela es que, en cuestiones de imagen y reputación, seguimos siendo selectivos con la culpa. Y que cuando hay un hombre y una mujer involucrados, la mujer —casi siempre— es quien paga el precio más alto.
Roberto Franco Briones
Consultoría en Imagen Pública ICONOS
Tel. (55) 6360 4389
www.consultoriaiconos.com
By Consultoría en Imagen Pública ICONOSFlorinda Meza: entre el talento y el juicio social
Florinda Meza es actriz, cantante, locutora, guionista y productora mexicana. Nació en Zacatecas el 8 de febrero de 1949 y estudió arte dramático en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Sus primeros pasos en la televisión comenzaron en 1968 dentro de Telesistema Mexicano. En 1970 participó en el programa La Media Naranja, transmitido por Televisión Independiente de México, donde también trabajó como secretaria, modelo y locutora para poder costear sus estudios.
Fue precisamente durante una emisión de ese programa que, en 1971, Roberto Gómez Bolaños la invitó a formar parte del elenco de Chespirito, lo que marcó un antes y un después en su carrera. A partir de ese momento, nacieron personajes icónicos como Doña Florinda, La Popis y La Chimoltrufia, que la consagraron ante el público latinoamericano.
Más allá de su participación en el universo de El Chavo del 8, su carrera se extendió con éxito al cine, el teatro y la producción. En los años noventa, produjo telenovelas como Milagro y Magia (1991), La Dueña (1995) y Alguna vez tendremos alas (1997), consolidando su versatilidad en la industria.
Sin embargo, su historia personal también tuvo un gran impacto en su imagen pública. Se ha dicho que antes de iniciar su relación con Gómez Bolaños en 1977, sostuvo vínculos sentimentales con Carlos Villagrán (“Quico”) y Enrique Segoviano, director del programa. Lo que sí es un hecho es que, cuando comenzó su relación con Chespirito, él aún estaba casado y tenía seis hijos. Ella tenía apenas 22 años.
En una sociedad profundamente conservadora como la mexicana, esto fue suficiente para que Florinda Meza fuera etiquetada como “la otra”. El rechazo no tardó en llegar: fue juzgada públicamente, señalada en su entorno laboral y distanciada de varios compañeros de elenco. Ella misma ha contado que durante los primeros cinco años su relación fue un secreto: evitaban eventos públicos, se escondían de los medios, vivían juntos sin admitirlo abiertamente.
Con el tiempo, y pese a las críticas, su vínculo con Gómez Bolaños se consolidó. Fueron pareja durante casi cuatro décadas, hasta la muerte de él en 2014. No obstante, los medios nunca le perdonaron ser parte del rompimiento del primer matrimonio del comediante, y su imagen quedó marcada para siempre.
¿A dónde voy con esto? A que nuestras decisiones personales influyen, para bien o para mal, en la percepción que otros tienen de nuestra Imagen Personal y Profesional.
En el caso de Florinda Meza, esa percepción fue severamente afectada por el juicio social. A pesar de haber trabajado activamente durante más de 20 años, muchos atribuyeron su éxito únicamente a su relación con Chespirito, minimizando su talento y sus propios méritos. La línea entre lo profesional y lo personal se volvió difusa, y su carrera quedó, injustamente, bajo la sombra del favoritismo.
Su historia ilustra con claridad cómo el éxito de una mujer sigue siendo puesto en duda cuando hay un hombre poderoso de por medio. Y aunque esto ocurrió hace más de 40 años, no hemos cambiado tanto. Basta ver el reciente caso de Christian Nodal y Ángela Aguilar para confirmar que, cuando hay un “tercero en discordia”, el juicio suele recaer —casi sin excepción— sobre la figura femenina.
Porque al final del día, fue él quien decidió dejar a su familia. Fue él, con más poder y madurez, quien eligió dar ese paso. Y sin embargo, es ella quien ha cargado con la culpa pública durante décadas.
Lo que esta historia nos revela es que, en cuestiones de imagen y reputación, seguimos siendo selectivos con la culpa. Y que cuando hay un hombre y una mujer involucrados, la mujer —casi siempre— es quien paga el precio más alto.
Roberto Franco Briones
Consultoría en Imagen Pública ICONOS
Tel. (55) 6360 4389
www.consultoriaiconos.com