Dios manifiesta su amor a todos, pero quien le ama con pasión puede percibir y disfrutarlo más fácilmente. Si no le amamos con pasión, no podremos disfrutar de su presencia. Quien ama a Dios con pasión nunca dejará de ser transformado por dentro y por fuera. Una buena actitud hacia Dios y hacia todo lo que nos relaciona con Él despertará un amor apasionado por Él. Mientras no se tenga claro quién es realmente Dios, no se logrará amarlo con todo el corazón. No puede existir un gran amor hacia Dios, hasta que no entendamos cuán grande ha sido la magnitud de su amor, misericordia y gracia para con nosotros. *Grabado el 12 de enero de 2024 para Cielos Abiertos (Curaçao)