En este mundo en que los cálculos económicos son la causa de tantas actividades hay una que, en principio, está al margen de esa cuestión: el acto de invitar, desde una café a pasar unas vacaciones a bordo de un yate de lujo. Hay invitados que dan nivel a su anfitrión y algunas invitaciones no son tan voluntarias ni para quien las ofrece ni para quien las tiene que aceptar...