Es fundamental empezar a enseñar a los niños y adolescentes sobre dinero desde temprana edad, ya que esto les proporciona habilidades esenciales para su futuro financiero y bienestar general. Crecer implica aprender a manejar el dinero, lo cual es clave para evitar problemas futuros como las deudas incobrables, desarrollar confianza financiera y lograr la independencia económica. La educación financiera temprana puede tener efectos duraderos en las decisiones adultas, como un mayor ahorro y un uso más saludable de las tarjetas de crédito.
Además, es esencial para reducir la brecha de género, ya que estudios muestran que más mujeres asocian palabras negativas con la planificación financiera y están menos comprometidas con sus finanzas personales. Potenciar esta educación en niñas y adolescentes puede darles más confianza.
La educación financiera abarca conceptos básicos sobre cómo funciona el dinero en la sociedad, incluyendo ganarlo, ahorrarlo y protegerlo. Algunos conceptos clave a enseñar son la diferencia entre necesidades y deseos, la elaboración de un presupuesto para administrar ingresos y gastos, la importancia del ahorro para metas futuras, el gasto cuidadoso evitando compras impulsivas, entender la deuda y saber monitorearla, distinguiendo entre deudas "buenas" y "malas", así como familiarizarse con el crédito y el uso responsable de las tarjetas. También es útil comprender los tipos de cuentas bancarias, como las de ahorro y cheques.
Enseñar estos conceptos de forma efectiva no tiene que ser aburrido; se puede hacer aprovechando los momentos cotidianos y de manera práctica y divertida. Es clave que los adultos sean un ejemplo y hablen abiertamente sobre sus propias decisiones financieras. Se puede involucrar a los niños en el presupuesto familiar, hacer el ahorro tangible y motivador usando alcancías o aplicaciones, y utilizar herramientas prácticas como cuentas de ahorro o tarjetas adaptadas para adolescentes.
Los juegos como Monopoly o Cashflow, o actividades como "El cofre del tesoro" y "impuestos por conductas negativas", son excelentes herramientas didácticas. Dar una mesada vinculada a tareas puede enseñar la noción de ganar dinero y presupuestar, aunque se debe evitar usarla como soborno. Simplificar conceptos complejos, enseñar la importancia de compartir y hablar sobre publicidad para fomentar la reflexión antes de gastar también son estrategias valiosas.