La buena o mala calidad de vida en un edificio o condominio se sostiene únicamente en la relación que se da entre los vecinos.
Por lo mismo, cada uno de ellos tendrán la "obligación" de querer buscar que fomentar y asegurar el buen trato y el respeto mutuo. Esto pasa a ser una responsabilidad compartida de todos los vecinos y también es muy importante mencionar que las autoridades competentes deben involucrarse en esto; creando leyes que regulen la convivencia condominal.
La vida en comunidad exige que se practique el binomio “tolerancia-respeto”, dos valores o principios fundamentales que son los que pueden asegurar una convivencia armónica y segura. Además esto será de gran ayuda para el mantenimiento general del edificio; lo que garantizar la plusvalía de su inversión (es decir, la RE-valorización de su propiedad).
Como Administradora, lo tenemos contrastado y funciona, pequeños detalles que muestran que el ejercicio de estos valores aportan a mejorar la calidad de vida de todos ofreciendo una sana convivencia.
Como seres humanos debemos de sentir la responsabilidad de fomentar a nuestro alrededor relaciones sanas de convivencia. Y es que a veces con gestos pequeños a los que nosotros no le damos importancia, estamos haciendo sentir "muy bien", "importante", "grande" a quien tenemos delante, con un saludo sincero, transmitiendo un reconocimiento, una simple atención o cariño, estas acciones producen en nuestro cuerpo esas endorfinas que provocan una maravillosa sensación de bienestar.