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Siempre creí que la salvación no es difícil por compleja, sino por su sencillez. Si Dios exigiera sacrificios extremos, promesas duras o rituales exigentes, muchos estarían dispuestos. Pero Él eligió otro camino: salvarnos por gracia. Como ninguno puede ganarse la salvación, alguien sin pecado tuvo que pagar el precio por todos —ese alguien fue Cristo. Esta verdad está claramente en la Biblia. Dice, por ejemplo: “No hay justo, ni aun uno... Todos se desviaron... no hay quien haga lo bueno” (Romanos 3:10-12). ¿Aceptarás esta verdad sencilla, pero poderosa?
By Radio AméricaSiempre creí que la salvación no es difícil por compleja, sino por su sencillez. Si Dios exigiera sacrificios extremos, promesas duras o rituales exigentes, muchos estarían dispuestos. Pero Él eligió otro camino: salvarnos por gracia. Como ninguno puede ganarse la salvación, alguien sin pecado tuvo que pagar el precio por todos —ese alguien fue Cristo. Esta verdad está claramente en la Biblia. Dice, por ejemplo: “No hay justo, ni aun uno... Todos se desviaron... no hay quien haga lo bueno” (Romanos 3:10-12). ¿Aceptarás esta verdad sencilla, pero poderosa?