El 23 de julio de 1996, Kerri Strug se convirtió en la chica de oro de América. La gimnasta se sobrepuso al dolor para hacer historia para Estados Unidos con una victoria sin precedentes en la competición por equipos de los Juegos Olímpicos de Atlanta. Aunque no era la más talentosa de las "Siete Magníficas", su coraje hizo que la joven de 18 años se convirtiera en un icono. Un cuarto de siglo después, la imagen de Strug siendo llevada al podio por su entrenador, a un mundo repleto de flores, besos y el apoyo de celebridades, permanece grabada en la memoria.
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