Marcos 4:35-41

Vivimos en la época donde de la violencia, el abuso y discriminación son el pan de cada día para muchos. La obvia maldad expresada en el daño a los inocentes provoca una oleada de emociones y estados mentales difíciles de asimilar. Algunos consideran que las manifestaciones de maldad y violencia en el mundo, así como en sus propias vidas, son la prueba de la inexistencia de Dios, o al menos de su desinterés o incapacidad para hacer algo bueno por la humanidad.

Definitivamente, la maldad en el mundo constituye un problema. Sin embargo, ¿es válido utilizar las malas experiencias y los desencantos de la vida como argumento definitivo para la inexistencia de Dios?

A partir de la historia bíblica de hoy, Pastor Fernando estará presentando el argumento de que la presencia de maldad es evidencia que algo está inherentemente mal en la condición humana, y la única ayuda y solución verdaderas residen en Dios y en una relación personal con Jesucristo. Y que los problemas y la maldad en el mundo pueden ser, de hecho, una prueba que confirma la existencia de Dios.