Dios es invisible. Parece distante, porque si bien podemos hablar con él (oración), no parece respondernos de inmediato. Sin embargo, los creyentes pueden tener fe en que la comunicación con Dios es real y no solo una ilusión. Los siguientes textos de muestra explican por qué las personas racionales pueden pensar, sentir y creer que sus comunicaciones con Dios son parte de una conversación.

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