JOSÉ VALIENTÍSIMO. Hay que ser valiente para ser santo. Si imitas a San José, no dudarás en entrar a territorio enemigo o sufrir en el combate espiritual. Muchos están dispuestos a seguir a Jesús cuando la situación es agradable, pero no muchos están dispuestos a seguirlo cuando la situación es difícil y llena de tristezas. San José fue siempre fiel, siempre valiente.