Una de las obras de misericordia espiritual es consolar al triste. Es el deseo de Dios: id y consolad a mi pueblo (Is 40, 1). En la vida espiritual se avan cuando nos disponemos a consolar, pues quien consuela a su hermano, es consolado por Dios.
Una de las obras de misericordia espiritual es consolar al triste. Es el deseo de Dios: id y consolad a mi pueblo (Is 40, 1). En la vida espiritual se avan cuando nos disponemos a consolar, pues quien consuela a su hermano, es consolado por Dios.