Las tentaciones que enfrentamos en la vida son pruebas para acondicionarnos más a la voluntad de Dios. Las tentaciones nos muestran una solución fácil para conseguir algo que puede ser bueno en la vida, pero son nuestras convicciones y firmeza en Dios que nos ayudan a vencerlas. Jesús tiene que ser nuestro ejemplo, ya que enfrentó todo lo mismo que nosotros y nunca tomó el camino fácil.

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