
Sign up to save your podcasts
Or
El apóstol Pablo nos exhorta a presentarnos a Dios como sacrificios vivos, santos y agradables a Él. Vivimos tiempos en los que muchos anhelan las bendiciones de Dios, pero no están dispuestos a vivir para Él. Sin embargo, el verdadero hijo de Dios entiende que no se trata solo de recibir, sino de rendirlo todo.
La consagración no es un evento único, es un estilo de vida. No significa perfección, sino disposición. Dios no está buscando personas sin fallas, sino corazones sinceros que se rinden a diario. Consagrarse a Dios es reconocer que cada área de nuestra vida le pertenece y debe glorificarle. Vivamos, entonces, no para nosotros, sino para Aquel que nos amó primero.
El apóstol Pablo nos exhorta a presentarnos a Dios como sacrificios vivos, santos y agradables a Él. Vivimos tiempos en los que muchos anhelan las bendiciones de Dios, pero no están dispuestos a vivir para Él. Sin embargo, el verdadero hijo de Dios entiende que no se trata solo de recibir, sino de rendirlo todo.
La consagración no es un evento único, es un estilo de vida. No significa perfección, sino disposición. Dios no está buscando personas sin fallas, sino corazones sinceros que se rinden a diario. Consagrarse a Dios es reconocer que cada área de nuestra vida le pertenece y debe glorificarle. Vivamos, entonces, no para nosotros, sino para Aquel que nos amó primero.