Si has estado pidiendo a Dios por esa nesecidad económica, por tu relación de pareja, por tus hijos o familiares, por tu negocio o por ese diagnóstico médico, ten la certeza que tú ayuda vendrá.
Y aunque tú panorama se vea incierto y tus ojos no vean de dónde vendrá tu ayuda, déjame decirte de parte de Dios lo siguiente:
«Tu ayuda viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
Salmo 121:2-8
No desmayes, porque hoy puedo decirte con absoluta certeza, que Dios ha escuchado tu petición, y prónto, cambiará tu lamento en baile, tus lágrimas en risas y en medio de tu desierto, hará brotar ríos de bendición.