En el episodio 8 de Crónicas Bárbaras, Rubén Arránz y Pedro Herrero vuelven a explorar la convivencia urbana desde la trinchera de lo cotidiano. Durante la primera hora, desgranan pequeñas historias de ciudad —como el ruido vecinal, los conflictos en el transporte público o la falta de cortesía en espacios compartidos— para mostrar cómo esos gestos mínimos reflejan el estado de nuestra cultura cívica. Con su estilo habitual, mezclan humor, observación aguda y reflexión sobre lo que significa vivir (y sobrevivir) en comunidad.
El tono se intensifica cuando, entre microrrelatos urbanos, aparece el nombre de Ábalos y su maniobra contra Marlaska, pidiendo que intervenga la UCO. A partir de ahí, el episodio conecta lo íntimo con lo institucional, y plantea una pregunta central: ¿cómo esperamos que funcione un país si no somos capaces de respetarnos en la cola del tranvía? La convivencia empieza en casa, pero termina en el Congreso. Así arranca una hora de conversación que mezcla lo doméstico con lo político sin perder frescura ni intención crítica.