Este mensaje enseña cómo Dios sostiene a sus hijos en las temporadas más duras, usando como ejemplo la llegada de Pablo a Corinto: cansado, agotado, preocupado y con temor. Aun así, Dios lo guía con dirección divina, pone en su camino a Aquila y Priscila para fortalecerlo, le provee trabajo y abre puertas nuevas cuando otras se cierran. El mensaje muestra que Dios actúa igual con nosotros: en los momentos sin esperanza, Él envía personas, recursos, apoyo espiritual y oportunidades inesperadas, así como fortaleció a David mediante Jonatán y mostró a Agar una fuente que siempre estuvo a su lado. Aunque enfrentemos rechazo, oposición o cansancio, Dios sigue abriendo caminos, transformando lo imposible y recordándonos que su presencia es suficiente. La fidelidad en lo poco, la constancia y el seguir sirviendo aun en debilidad permiten que Él nos levante, nos sostenga y cumpla su propósito en nuestra vida.