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A unos centenares de kilómetros de las costas de Galicia, en la conocida como Fosa Atlántica, fueron depositados durante décadas más de 140.000 toneladas de residuos nucleares. Entre 1949 y 1982, ocho países vertieron sus residuos radiactivos allí: Holanda, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Italia, Suiza y Suecia, convirtiéndola en un gran cementerio nuclear. Hasta que Greenpeace pidió ayuda a Galicia. En una misión desesperada, en Alta Mar y con medios precarios, 3 buques gallegos fueron los “culpables” de la moratoria de residuos que se abrió en 1982, que fue el germen del ecologismo en nuestro país y origen de Greenpeace España. Esta es la historia de los gallegos que se enfrentaron, con barcos de madera, a las potencias mundiales, para que dejaran de envenenar el océano Atlántico.
By Iván Fernández AmilA unos centenares de kilómetros de las costas de Galicia, en la conocida como Fosa Atlántica, fueron depositados durante décadas más de 140.000 toneladas de residuos nucleares. Entre 1949 y 1982, ocho países vertieron sus residuos radiactivos allí: Holanda, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Italia, Suiza y Suecia, convirtiéndola en un gran cementerio nuclear. Hasta que Greenpeace pidió ayuda a Galicia. En una misión desesperada, en Alta Mar y con medios precarios, 3 buques gallegos fueron los “culpables” de la moratoria de residuos que se abrió en 1982, que fue el germen del ecologismo en nuestro país y origen de Greenpeace España. Esta es la historia de los gallegos que se enfrentaron, con barcos de madera, a las potencias mundiales, para que dejaran de envenenar el océano Atlántico.