Hoy quiero hablarte de un tema difícil, pero necesario. Algo que está ocurriendo más de lo que imaginamos y que, cuando sucede, nos deja sin palabras, sin respuestas, sin saber qué hacer.Un adolescente de 16 años tuvo una crisis de ansiedad anoche. Pensamientos suicidas. Desesperación. Y una madre aterrada sin saber cómo reaccionar, sin saber qué decir, con el miedo más profundo que puede sentir un padre: el miedo a perder a su hijo.Este episodio es para ella y para todos los padres que alguna vez han sentido que su hijo se está perdiendo en la oscuridad. Pero también es para esos adolescentes que sienten que su vida no tiene sentido, que la angustia los ahoga, que no ven salida.Hoy vamos a hablar de lo que está pasando con nuestra juventud, de lo que podemos hacer para ayudarles y de cómo podemos aprender a escuchar antes de que sea demasiado tarde.