En este encuentro reflexionamos sobre esos días difíciles e inherentes a la condición humana. Esos días en los que todos hemos estado, estamos o estaremos. No es una profecía, es la vida. Si, hay un malestar intrínseco a la vida. Malestar con el que tenemos que aprender a convivir, aprender a aceptarlo, recibirlo, sin oponerle resistencia alguna.