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Cynthia Petion y Eddie Petion Audio de México El Espejismo de la Estabilidad Económica


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México consolida su estabilidad la inflación cae a 3.63% en octubre y refuerza la confianza económica
México continúa demostrando una notable capacidad para mantener el control de sus precios en un entorno internacional todavía volátil. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación interanual del país se ubicó en 3.63% durante la primera mitad de octubre de 2025, una ligera reducción frente al 3.78% registrado en la quincena anterior.
Aunque el descenso parece modesto, la cifra es significativa porque coloca a México firmemente dentro del rango objetivo del Banco de México (Banxico) —de 3% ± 1 punto porcentual— y confirma la tendencia de desaceleración sostenida que el país ha logrado consolidar desde mediados de 2024.Esta estabilidad convierte a México en un caso de estudio dentro de América Latina, donde la mayoría de las economías todavía enfrentan presiones inflacionarias más elevadas. Mientras países como Brasil y Colombia registran tasas superiores al 5%, y Argentina aún lucha por bajar del 30%, México mantiene una trayectoria ordenada que equilibra crecimiento económico, disciplina monetaria y control de precios.La inflación mexicana: una desaceleración sólida y sostenidaEl reporte del INEGI indicó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) avanzó un 0.23% en la primera quincena de octubre respecto a la segunda de septiembre. Aunque el incremento quincenal fue marginal, la variación anual continúa a la baja.
La inflación subyacente —la que excluye los bienes y servicios con precios más volátiles como alimentos frescos y energéticos— se ubicó en 3.95% anual, frente al 4.1% anterior. Esto refleja un progreso constante en la reducción de las presiones de fondo que alimentan el alza de precios.Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye energía, agropecuarios y tarifas autorizadas por el gobierno, disminuyó a 2.76%, influenciada principalmente por la moderación en los precios de combustibles y productos agrícolas.
El INEGI detalló que los productos que más contribuyeron a la baja general fueron la gasolina de bajo octanaje (-0.4%), el gas LP (-0.5%) y algunas frutas y verduras (-0.2%). En contraste, los servicios vinculados a la vivienda y la educación mostraron ligeros aumentos.Este comportamiento mixto sugiere que el proceso de desinflación mexicana se encuentra en una fase avanzada, pero aún vulnerable a factores externos o choques de oferta. Sin embargo, el país mantiene un margen de maniobra estable que otros vecinos de la región envidiarían.Banxico: el ancla de la estabilidadEl papel del Banco de México ha sido determinante en este proceso. Desde 2022, la institución adoptó una postura monetaria restrictiva para frenar el auge inflacionario posterior a la pandemia. Durante buena parte de 2023 y 2024, mantuvo la tasa de referencia en niveles históricamente altos —entre 10.75% y 11%—, priorizando la estabilidad sobre el crecimiento acelerado.Aunque esta política encareció el crédito y frenó el consumo en algunos sectores, logró su objetivo principal: anclar las expectativas inflacionarias y evitar una espiral de precios.
En su más reciente comunicado, Banxico reiteró que “la convergencia hacia la meta de 3% continúa en curso” y que la institución “mantendrá la prudencia monetaria necesaria para consolidar la estabilidad”.La credibilidad del banco central mexicano ha sido clave. Su autonomía institucional y su reputación de actuar con base en datos han permitido que las decisiones sean interpretadas como señales de confianza, no de incertidumbre.Con la inflación cediendo gradualmente, analistas de instituciones como Citibanamex y BBVA México estiman que el ciclo de reducción de tasas podría reanudarse antes de fin de año, con un recorte moderado de 25 puntos base. Esto daría oxígeno a sectores productivos sin comprometer la estabilidad de precios.Energía y alimentos: factores que moderan la inflaciónUno de los elementos que explica la desaceleración es el comportamiento más benigno de los precios energéticos y de los alimentos. Tras los episodios de volatilidad derivados del conflicto en Medio Oriente y la reducción de producción de la OPEP, los precios del petróleo y sus derivados comenzaron a estabilizarse.El precio de la gasolina magna —el combustible de mayor consumo en México— disminuyó 0.4% en la primera mitad de octubre, mientras el gas LP registró una caída de 0.5%. Estas reducciones tuvieron un impacto inmediato en el INPC, al representar una parte importante del gasto promedio de los hogares.En el caso de los alimentos, productos como el jitomate, el aguacate y el pollo presentaron variaciones mínimas o negativas, compensando parcialmente los incrementos en otros rubros.
El índice de alimentos y bebidas subió solo 0.2% mensual, una cifra muy inferior a los picos de 1.5% observados en 2023.Este equilibrio de precios básicos ha contribuido a mejorar la percepción pública sobre la economía. De acuerdo con el Índice de Confianza del Consumidor, medido por el INEGI y Banxico, el optimismo de los hogares mexicanos aumentó por cuarto mes consecutivo, alcanzando su mejor nivel desde 2021.Inflación subyacente: la prueba más importanteLa inflación subyacente es considerada el mejor termómetro del comportamiento estructural de los precios. Su reducción a 3.95% anual es una señal de fortaleza.
Este componente refleja los movimientos más persistentes, como los relacionados con vivienda, educación, salud y servicios. Que este índice se mantenga por debajo del 4% implica que los costos estructurales ya no ejercen la presión que tuvieron en años anteriores.Sin embargo, todavía existen áreas donde la inflación subyacente podría repuntar. Por ejemplo, el segmento de vivienda y alquileres continúa mostrando aumentos de entre 0.5% y 0.6% mensuales. Asimismo, los servicios médicos y educativos han mantenido incrementos por encima del promedio general.Banxico reconoce que controlar este componente requerirá más tiempo, ya que responde a dinámicas de oferta, productividad y competencia. No obstante, la tendencia general es clara: México está ganando la batalla contra la inflación de fondo.Comparación regional: México, el alumno ejemplar de América LatinaEn un contexto latinoamericano marcado por contrastes, México destaca como uno de los países con mejor desempeño en materia de inflación.
Mientras Brasil registró una tasa de 5.17%, Colombia 5.18%, y Chile 4.4%, México se mantiene por debajo del 4%, cumpliendo con su meta de estabilidad.
Incluso economías con fuerte dependencia energética, como Perú o Ecuador, han tenido mayores dificultades para contener el alza de precios.El éxito mexicano responde a una combinación de factores: política monetaria firme, manejo prudente de las finanzas públicas, reservas internacionales robustas, y un tipo de cambio estable que ha resistido presiones externas.
El peso mexicano cerró la quincena con una apreciación ligera frente al dólar, situándose en torno a 17.80 pesos por unidad, lo que también contribuyó a reducir los costos de importación y mitigar la inflación importada.Reacciones del mercado y perspectivas empresarialesLos mercados financieros reaccionaron de manera positiva al reporte. El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores subió 0.7% tras el anuncio, mientras los bonos gubernamentales a 10 años registraron una ligera baja en su rendimiento, reflejando expectativas de menor presión inflacionaria.Las empresas, por su parte, comienzan a percibir un entorno más predecible. Sectores como el comercio minorista y la construcción, que habían resentido la contracción del crédito, podrían beneficiarse si Banxico inicia un ciclo gradual de reducción de tasas.El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) celebró el avance, destacando que “la estabilidad de precios fortalece la confianza en el país y permite planificar inversiones de largo plazo”.En contraste, algunos analistas advierten que un relajamiento prematuro de la política monetaria podría reactivar presiones inflacionarias. La clave, sostienen, será mantener un equilibrio entre impulso al crecimiento y prudencia fiscal.Impacto en los hogares: alivio moderado pero tangibleAunque la inflación sigue presente, su reducción tiene efectos perceptibles en los hogares. El costo de la canasta básica creció menos de 0.3% en octubre, el ritmo más bajo en lo que va del año.
Esto ha permitido que los salarios reales —ajustados por inflación— recuperen terreno. El salario promedio real aumentó un 1.2% anual, gracias al aumento nominal decretado a inicios del año y al control de precios.El poder adquisitivo aún no alcanza los niveles previos a la pandemia, pero la tendencia es claramente positiva. Familias que antes destinaban la mayor parte de su ingreso a alimentos y energía, ahora pueden equilibrar su gasto hacia educación, ahorro o recreación.Sin embargo, persisten desafíos estructurales: la desigualdad regional sigue siendo marcada y las zonas rurales experimentan una inflación mayor que los centros urbanos, especialmente por la volatilidad en precios agrícolas.Expectativas y proyecciones hacia 2026La mayoría de las proyecciones apuntan a que México cerrará 2025 con una inflación cercana al 3.5%, y que en 2026 podría acercarse aún más a la meta de 3%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió la consistencia del país en materia de estabilidad, destacando que México combina crecimiento moderado, disciplina fiscal y una política monetaria efectiva.El gran desafío hacia adelante será mantener la estabilidad sin sacrificar el dinamismo económico. Banxico deberá decidir el momento adecuado para reducir tasas sin que esto reanime las presiones inflacionarias, especialmente en vivienda y servicios.La visión internacional: México como ancla regionalEl desempeño mexicano ha sido observado con atención por organismos multilaterales. En un contexto global donde la inflación en economías avan
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