A estas alturas los becarios y los aprendices ya le han cogido el tranquillo y ya son gente de confianza para sacar muchas cosas adelante. No obstante, en algunas cosas problemáticas suelen señalar el humo y pedir ayuda a los bomberos. Aprendices y becarios hay en todas partes algunos buenos y otros muy buenos... El Señor también tuvo sus becarios.