El Señor nos ha confiado una viña, para que la cuidemos, la hagamos crecer y dé fruto abundante. Y el Señor quiere que le entreguemos los frutos a su tiempo, porque la viña es suya. Algunos okupas viven en la viña sin dar fruto, sin preocuparse de nada, impidiendo al Señor venir a ver su heredad. No ser okupas, está bien