Es un clásico de nuestra vida. De vez en cuando nos cobran impuestos. A veces muchos y caros. Pero es lo que hay. También es necesario contribuir al bien común con nuestro dinero, vivimos en sociedad y de la sociedad recibimos mucho. Ahora bien, lo de dar al César lo que es del César no nos puede olvidar de que a Dios hay que darle lo que es de Dios... que es mucho más.