Agradece por aquella circunstancia que te obligó a salir de tu zona _de confort e incluso de tu ciudad, o por esa crisis, que te permitió emprender y descubrir capacidades y dones que ni siquiera sabías que tenías.
Y sabes, cuando te das cuenta que Dios tiene planes de bien para ti, entiendes que Él quiere restituirte, bendecirte. Dios no te debe nada, pero siempre, siempre, querrá lo mejor para ti, así que confía en Él, crée en su palabra y prepárate para que veas el futuro lleno de esperanza que Dios tiene para tu vida. Agradece por todo, aún tu adversidad porque ella te pondrá en el lugar preciso para que veas un milagro.