Daniel Ferreira es el pequeño de 21 hermanos. Nació en un barrio humilde y peligroso de Brasil, así que tuvo que aprender a defenderse para salvaguardar su propia seguridad desde bien pequeño. Empezó en karate con 7 años y luego hizo capoeira, kick boxing y muay thai para forjar el peleador de MMA que ha sido hasta hace cuatro años, cuando se subió a la jaula por última vez. Los 50 euros que cobraba por sus primeras peleas como amateur le hicieron buscarse otra fuente de ingresos y fue ahí cuando trabajó como portero de discoteca y escolta privado de diversos futbolistas como Ronaldo Nazario y, más tarde, Vinicius y Rodrygo. "Yo creo que soy bueno en seguridad porque vengo de un barrio en el que tenía que protegerme desde pequeño", explica en un nuevo capítulo de Hemos Venido a Escuchar.

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