Hoy cerramos esta serie Firme en Babilonia. Hemos visto cómo estar firme en Babilonia. Daniel no comió la comida del rey, Shad, Mec/Abed no se inclinaron ante el ídolo del rey y Daniel no obedeció la orden del rey de no orar. Eran audaces/fieles.

Vivían en la verdadera Babilonia, pero el pueblo de Dios ha estado luchando contra el espíritu de Babilonia durante siglos.

Richard Wurmbrand fue un pastor que soportó 14 años de prisión y tortura comunista en Rumania. Escribió un libro llamado Torturados por Cristo donde describe la persecución que soportaron los cristianos bajo la Unión Soviética.

Cuenta la historia de un pastor rumano llamado Florescu que fue torturado con atizadores/cuchillos calientes y brutalmente golpeado. Se soltaron ratas hambrientas en su celda... todo para que negara a Jesús, pero él se resistió.

Finalmente, golpearon delante de él a su hijo de 14 años. Pronto gritó; '¡Alejandro, tengo que renunciar! No puedo soportar más esos golpes”. El hijo respondió: “Padre, no me hagas la injusticia de tener un traidor como padre. El niño murió alabando a Dios mientras lo mataban a golpes.

Esto no es fácil de escuchar, pero es lo que significa estar firmes en Babilonia: soportar todo lo que se nos presente porque sabemos quién es Dios, quiénes somos nosotros y qué nos depara el futuro. Ganamos porque Dios ya ha escrito la historia.

Como en las últimas semanas, los capítulos 11 y 12 están llenos de misterio, simbolismo/imágenes. Puede resultar confuso, pero el mensaje que resuena a través del megáfono de Dios es este: Babilonia caerá... Los valientes permanecerán en pie.