Cuando David escribió el Salmo 65 es evidente que preparó las palabras para ser cantadas en la Fiesta de los Tabernáculos. Era un tiempo de gran alabanza y gratitud, honrando a Dios por proveer para sus necesidades. Cuando Pablo escribió a los corintios, los animó a ser consistentes, sistemáticos, generosos y alegres al ofrendar. Pablo después concluyó esta carta con estas poderosas palabras: «¡Gracias a Dios por su don inefable!» (2Co 9:15, RVR1960). En otras palabras, el mensaje de Pablo es claro: La muerte de Cristo en la cruz para pagar por nuestros pecados debe ser sin duda nuestra principal motivación para que seamos generosos con nuestros bienes materiales.

Este Principio es parte de la nueva “Biblia QR: Principios para vivir”, escrita por el Dr. Gene Getz. Accede a toda su enseñanza en bibliaqr.com

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