Dios dice en su palabra que debemos dar de gracia, lo que de gracia recibimos. Así que es el momento de dar amor, porque Él nos ama, damos misericordia, porque cada día necesitamos misericordia y así como Dios no nos señala, ni nos recrimina ni se avergüenza de nosotros, tampoco debemos hacerlo con alguien que se equivocó, que falló y que viste o habla distinto a nosotros.
Así que este fin de semana, si extiendes tu mano, que no sea para señalar, sino para abrazar y si abres tu boca que no sea para juzgar, sino para bendecir.
Y... si ves a alguien triste y sin sonrisa, dale la tuya y si ves a alguien roto y vacío, llénalo de amor, no de juicios.