El Espíritu de Dios

Creo que no hay nada más alentador en cualquier trabajo que tener la ayuda de alguien. Esto es mucho más notorio cuando nos encontramos en esos momentos de agotamiento casi tirando la toalla. Entonces, zas!!! aparece como un ángel caído del cielo alguien que nos tiende su ayuda.

Jehova Dios nos a prometido un ayudador a través de su hijo Jesucristo que es perfecto y propicio para toda nuestra vida con el. Es su espíritu.

En Juan 14:16 Jesus dice . Yo rogare al padre, y el les enviara otro consolador para que este con ustedes para siempre.

Qué bueno es tener la seguridad de una ayuda de esa magnitud!!! Esto es emocionante, no?

Cuando comencé mi relación con el Señor, en principio iba a la iglesia y veía que todo funcionaba, encontraba todo limpio, las cosas estaban en su lugar, los asientos bien organizados, los micrófonos, todo funcionaba gracias a un equipo de personas que trabajaban para que así funcionara todo. Al pasar unas semanas me acerque a los lideres y les pregunte en qué podía ayudar o ser útil para la congregación. Recuerdo entonces que alguien me dijo, Ora para que El espíritu de Dios a su tiempo te haga saber cuales dones y talentos te dará para servir en la obra. Entonces me entristecí mucho porque yo esperaba que me designaran qué hacer sin ninguna complicación. No estaba muy claro para mí, el hecho de que Dios me iba a hablar a través vez su espíritu. Luego de unos días de oración, no pude aguantarme y mientras recibía el discipulado les pregunte a los lideres, Se supone que voy a escuchar en algún momento la voz de Dios o de su espíritu decirme qué cosa especifica debo hacer? alguien me respondió, Ninguno delos que están en el servicio hasta ahora a dicho que una voz les revelo que hacer. Continue orando hasta que un día, en uno de los cultos de oración escuche a alguien dar acción de gracia por lo que yo estaba haciendo en la congregación, Amigo amiga, No puedes imaginar lo liberador que fue esto para mi!!!

Así es como obra el Espíritu Santo: Él nos revela lo que no vemos, y nos ayuda. El apóstol Pablo dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26). ¡Él es el mejor ayudador! El Espíritu Santo transforma nuestra oración en un arma efectiva contra las tinieblas. Él te dirige y te ayuda a orar de una manera eficaz.

Te invito a que ores ahora conmigo: “Señor, te pido que me ayudes a orar. Que Tu Espíritu Santo me dirija, y me revele lo que no soy capaz de ver. ¡Gracias, Señor, por tu amor, y por todo lo que me has revelado estos días acerca de la oración! Ayúdame a ponerlo en práctica, y a crecer en mi vida de oración, como nunca antes. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”