Antes de abrir Contramar, ya había almas nobles contempladas para hacer pruebas con el menú. Desde las tallas, los pulpos Doña Amada, las tostadas de atún... Cuando se logró abrir, era un particular caos. "No teníamos nada, todo lo comenzamos desde cero", recuerda Aurora. Ella no tenía experiencia pero tiene memorizados momentos increíbles de 1998. En la inauguración se llenó el restaurant, era muchísima gente, en la plancha no cabían los tacos de camarón y se tuvo que resolver. Para Aurora era un sueño, de los lugares donde más disfrutó estar estos 25 años, está la parrilla.