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Ráyate las nalgas, gritaba mi mamá, cuando llegaba a la casa con las manos pintadas de pluma; ahora, la piel es mi mejor lienzo para los recuerdos.
Ráyate las nalgas, gritaba mi mamá, cuando llegaba a la casa con las manos pintadas de pluma; ahora, la piel es mi mejor lienzo para los recuerdos.