*DÍA 17 AYUNO DE DANIEL*
*ENCONTRAR LA PAZ
_Nuestra carne y nuestro espíritu andan muchas veces en contradicción. Decimos que confiamos en Dios, pero por dentro estamos agobiados y temerosos. Entonces escuchamos el llamado al ayuno, y aunque queremos correr y arreglar todo lo que se siente fuera de lugar, aceptamos la invitación de Dios. Posicionamos nuestras almas ante el Señor y, en humildad, liberamos toda preocupación abrumadora. El ayuno se convierte en una postura de quietud y confianza. Nos damos cuenta de nuestra necesidad de que Dios se haga cargo y elegimos renunciar a nuestra necesidad de control. Nos entregamos a nosotros mismos: espíritu, alma y cuerpo. Un resultado destacado e inmediato del ayuno es que nos hace disminuir la velocidad. Baja el volumen de los pensamientos persistentes para que podamos sintonizarnos con Dios. Es aquí, en la quietud de su presencia, que la paz se convierte en nuestra nueva normalidad. Desde este lugar de conexión con él, las abrumadoras circunstancias de la vida pierden su control. El miedo, la duda y la incredulidad se inclinan ante el coraje que crece dentro de nosotros. La ansiedad comienza a desvanecerse. El caos mental arremolinado se ralentiza y pronto nos damos cuenta de que podemos pensar con claridad de nuevo. La paz y la confianza caminan de la mano en un ambiente de absoluta entrega al Señor._
*ORACIÓN*
_*Padre, hoy me dedico a ti. Mi mente ha sido bombardeada con pensamientos de todo menos de ti. Pero estoy aquí ahora, confesando mi necesidad de estar quieto y saber que tú eres Dios. Me arrepiento por permitir que los afanes de la vida me absorban. No es mi responsabilidad encargarme de todo. No tengo que preocuparme y pensar continuamente en lo que está mal para demostrar que mis preocupaciones son válidas. Eres más grande que cualquier cosa que jamás enfrentaré. Tu amor y fidelidad serán mi meditación. En lugar de esforzarme por encontrar la solución a mis problemas, me dedico a una búsqueda de por vida de conocerte. Ese es el verdadero objetivo de este ayuno: ser uno contigo y abrazar la belleza de un corazón completamente rendido. Aquí, en el lugar de tu presencia, entrego mi vida en tus manos confiables y recibo el don de la paz. Y cuando camino en esta paz, todo el temor, la ansiedad y la frustración se tragan en Tu victoria. En la quietud, encuentro lo que necesito. En la atmósfera de paz, te encuentro esperándome. Esperando para amarme en la totalidad. En el asombro tranquilo de la fe, me encuentro de nuevo. Amén*_