Jacob regresa a Betel. Allí consagra a su familia y desecha los ídolos. Dios confirma su cambio de nombre a Israel renovando así su identidad y propósito.
Jacob regresa a Betel. Allí consagra a su familia y desecha los ídolos. Dios confirma su cambio de nombre a Israel renovando así su identidad y propósito.