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Or
“Ser un ladrón me hacía creer en la singularidad del oficio de ladrón. Yo era, me decía a mí mismo, una excepción monstruosa”.
A través de la saliva, el semen, el olor a orina o los piojos, Genet cuenta sin pudor experiencias de lo más sórdidas. Resignifica y salva situaciones socialmente asquerosas. La fiesta de Genet es de pobres, vagabundos, policías, maricas y ladrones.
“Ser un ladrón me hacía creer en la singularidad del oficio de ladrón. Yo era, me decía a mí mismo, una excepción monstruosa”.
A través de la saliva, el semen, el olor a orina o los piojos, Genet cuenta sin pudor experiencias de lo más sórdidas. Resignifica y salva situaciones socialmente asquerosas. La fiesta de Genet es de pobres, vagabundos, policías, maricas y ladrones.