
Sign up to save your podcasts
Or
En este episodio estudiamos la parábola de los diez mil talentos y cuál ha sido el precio por nuestra salvación. También puedes leer esta reflexión en nuestra página web. https://oidyved.com/diez-mil-talentos/
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderlo, junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: “Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.”
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, lo soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: “Págame lo que me debes.”
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.”
30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara la deuda.
En este episodio estudiamos la parábola de los diez mil talentos y cuál ha sido el precio por nuestra salvación. También puedes leer esta reflexión en nuestra página web. https://oidyved.com/diez-mil-talentos/
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.
24 Cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.
25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderlo, junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara la deuda.
26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: “Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.”
27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, lo soltó y le perdonó la deuda.
28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: “Págame lo que me debes.”
29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.”
30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara la deuda.