No es culpa nuestra tener cincelado en el cerebro la imagen de un JESUCRISTO alto, de longa, rizada y rubia cabellera, de ojos claros, de barba, cabello partido al medio y mirada bondadosa. La impronta surgió desde las esculturas de los dioses griegos y romanos, pasando por los poderosos e imponentes reyes y emperadores de la Edad Media para afianzarse con el Santo Sudario de Turín, pero ¿qué creen? Las evidencias arqueológicas nos dicen todo lo contrario. Como podrán escuchar, las apariencias del Señor son sencillamente inescrutables.

Para este epifanía nos acompañamos con el bajo continuo de:

La Pasion segun San Mateo de J. S. Bach. 8:41 min.

Pasión según san Mateo (JS Bach) ~ Obertura, Doble Coro, 7:29 min.

Producción: ¡TANTO QUÉ CONTAR!